Capítulo 01: La Sacerdotisa de Gensokyo y los Quince Volúmenes Fascinantes – Parte 1


Gensokyo, cubierto por la nieve plateada de invierno.

Rinnosuke, el dueño de una tienda de antigüedades conocida como Kourindou, otra vez recibe la visita de una sacerdotisa.

Mientras Rinnosuke atiende su pedido para remendar sus ropas, se encuentra profundamente intrigado por los tres libros que hay entre sus pertenencias...

¡Una historia original basada en la serie Touhou al fin comienza!

La Sacerdotisa de Gensokyo y los Quince Volúmenes Fascinantes – Parte 1

Un Gensokyo plateado en las primeras horas de la tarde.

La nieve pura cae ligeramente y engulle la tierra, transformando a Gensokyo en un magnífico espectáculo. Lo único que puede oírse son los sonidos de los youkais a lo lejos.

El camino había sido envuelto por la reciente nevada, y no había ni una sola pisada alrededor. Los humanos rara vez viajan a través de este sendero.

Lejos de un camino poco transitado, un misterioso edificio sobresale. Mientras el dueño toma calor en unLejos de un camino poco transitado, un misterioso edificio sobresale. Mientras el dueño se refugia cerca de una estufa proveniente del Mundo Exterior, no hay duda de que está leyendo un libro incomprensible. Debido a tales hobbies, siempre parece que tuviera tiempo de sobra. Hay una gran cantidad de objetos e ítems del Mundo Exterior dentro de la tienda. Gensokyo está en lo que en el Mundo Exterior podría llamarse la Era Meiji (1868-1912), pero aquí hay muchos ítems que pertenecen a eras posteriores. El propósito de muchos de estos objetos es desconocido. En el cartel de la tienda está escrito “Kourindou”. Ahí es donde la tienda de antigüedades, Kourindou, se encuentra.

—¿Rinnosuke-san?

Parece ser que alguien había llegado por primera vez en mucho tiempo. Quería continuar leyendo, pero “los clientes son dioses” y no podía fingir que no estaba.

—Estás ahí, ¿verdad?

La diosa vestida de rojo no tenía la necesidad de impedir mi potencial engaño porque ya estaba detrás de mí.

—Oh, eres tú, Reimu, ¿cuántas veces te dije que no entres a mi living?

—Olvida eso, solo escucha. Tuve una racha de mala suerte, así que...

Así es. La chica de rojo que estaba delante de mí no escucha ni una sola palabra de lo que uno le dice. Su nombre es Hakurei Reimu. Es la única sacerdotisa de Gensokyo1, pero por sus acciones uno podría llegar a dudar si realmente es una o no. Perdón por mi introducción tardía, yo soy Morichika Rinnosuke. Tengo una tienda de antigüedades. Mientras Reimu se sacudía la nieve de sus hombros, empezó a parlotear sin parar.

—Hoy fui a una aldea a comprar. ¿Para qué? Se me había acabado el té, así que pensé que debía comprar un poco antes de que la falta de té fuera demasiado como para matarme. Bueno, no me voy a morir, pero... ¿Oye me estás escuchando?

“Tú no me escuchas, así que yo tampoco lo hago” es lo que quería decirle, pero —Sí, te estoy escuchando —fue lo que me salió.

—Pero sabes, no había buen té... Ah, esto no tiene nada que ver, pero la deidad guardiana de los viajeros de la aldea estaba completamente cubierta de nieve. O sea, ¿quién demonios está a cargo de su mantenimiento? Ah sí, ¿cómo dijiste que se llamaba ese Dios?

Bien, parece que si uno no le da un pequeño empujón en la dirección correcta, podríamos terminar hablando del primer Emperador de Japón.

—El Dios de la Destrucción, que previene que las catástrofes ocurran en la aldea. Dijiste que tuviste una racha de mala suerte, ¿qué pasó?

—Bueno, las compras terminaron sin que nada realmente pasara.

Sin que nada pasara.

—En el camino de regreso, una youkai estaba ahí sentada, sin molestar a nadie. ¡Y estaba disfrutando de un libro!

Intenté decir un comentario:

—¿Y qué hay de malo? No es la gran cosa —pero fui ignorado.

—Traté de exterminarla con un ataque sorpresa, ¡pero tomó represalias! Era muy ágil y fuerte. No esperaba que los disparos vinieran por detrás, eso fue porque bajé mi guardia...


Uno puede pensar que la youkai era la desafortunada. Pero me pregunto qué fue lo que pasó; si Reimu lanzó el ataque sorpresa, cómo fue que bajó la guardia...

—Rinnosuke-san, ¿me estás escuchando?

—La verdad, no.

—Y después de darle una paliza vine aquí...

Parece ser que no importa lo que responda, siempre obtengo la misma respuesta. Reimu se volteó para mostrar su espalda y dijo:

―¡Mira! —mientras inflaba sus cachetes.

—Y ya me habías remendado este vestido la otra vez también...

—Una magnífica rasgadura. Ya veo, así que quieres que arregle esto.

—Ahora.

Sí, sí. Reimu parecía tener frío, así que hice espacio para uno más al lado de la estufa.

—No creo poder remendarlo tan rápido, siéntate aquí para que...

Se escucharon unos pasos...

—Voy a tomar prestada esta ropa, así que espera un momento.

Ya se había ido, parece que se había ido a la parte de atrás de la tienda. Realmente hace lo que quiere.

Rayos, me dirigí a mi asiento y decidí continuar leyendo mi libro... Pero al estirar mi brazo solo agarré aire. El libro estaba flotando.

—¿Qué es lo que lees, Kourin? —dijo una sombra negra. Algo me decía que iba a aparecer desde que mi taza de té desapareció esta mañana.

—Oye, yo siempre digo esto, pero...

—No entres como si nada por aquí, ¿cierto?

Cada una de ellas... La chica de negro delante de mí es Kirisame Marisa. Una maga cuya forma de hablar es única. Ella a menudo viene a la tienda, pero nunca puedo saber para qué viene.

—¿A qué vienes hoy, Marisa?

—Realmente no entiendo este libro. ¡Uh! No vengo por nada, pero tampoco voy para mi casa.

No viene por nada, ¿eh? Sacudió un poco de polvo de una olla que estaba a la venta y se sentó en ella.

—Ese es el duodécimo volumen de una colección, los libros siguientes están apilados aquí. No lo entenderás leyendo solo ese.

—Oh, ¿“El futuro de las Computadoras de Tipo No-Neumann”? No puedo imaginarme de lo que se trata solo por el título.

—Un libro de spells del Mundo Exterior. Probablemente no te interesen para nada, pero a mí sí.

—Mmm... magia del Mundo Exterior... ¿Qué clase de magia es esa, Kourin?

—Todavía estoy leyéndolo pero... ellos usan seres para calcular llamados computadoras que hacen exactamente lo que se les ordena. Por supuesto, son claramente shikigamis. Bueno, todavía no estoy muy seguro de para qué usan sus poderes.

—Shikigamis, ¿eh? Oye, ¿estas no son las cosas de Reimu? ¿Está acá?

O bien no estaba interesada en los shikigamis o solo quería cambiar de tema. Le conté los detalles de la llegada de Reimu.

—Tú eres como ella —dije, o alguna otra conversación de relleno mientras Marisa revisaba el equipaje de Reimu. Sacó tres libros de sus pertenencias.

Sentí un ligero shock. Esos libros eran parte de la misma colección que los 12 volúmenes que yo tenía aquí. ¿Por qué los tenía Reimu...?

—¿Hmm? ¿Interesado en estos libros? Conociéndola, tal vez pensó, “Parecen muy importantes para los youkais así que los tomaré”, o algo así.

Con los 12 volúmenes que tenía y los 3 volúmenes combinados, hacían un total de 15. No tenía duda de que ese era un set de 15 volúmenes. Después de todo, los shikigamis del Mundo Exterior son iguales a los que hay aquí en Gensokyo. En las computadoras, F representa al 15 y F representa un estado de máxima capacidad. Está escrito que cuando todo llega a F, se consigue el valor máximo.

Creo que es natural que el 15 tenga ese poder. Incluso en tiempos antiguos, el 15 significaba perfección en este mundo. Por la misma razón que la luna llena es también conocida como la decimoquinta noche. Las computadoras deben ser seres resultantes de las ideas orientales y la belleza de la luna.

Marisa me preguntó qué era lo que estaba observando mientras alineaba los tres libros.

Debido a las acciones despreocupadas de Marisa, me di cuenta de algo más. Los números en los libros, “13”, “14”, y “15”, cuando se los alineaba, se leía 131415. Si el 1 de adelante se lo sacaba... entonces se veía el número que representa a un círculo perfecto: 3,1415. Esto también significaba una luna llena. Y por lo tanto mi teoría de que los seres del Mundo Exterior usaban el poder de la luna se volvió verdadera.


Quería investigar más acerca de los shikigamis del Mundo Exterior, pero para hacerlo necesitaba esos libros.

—Kourin, ¿planeas hacer un trato con Reimu? Olvídate, su sentido para los negocios es completamente anormal.

Así es, Reimu está muy despegada de este mundo. Las condiciones para un intercambio normal no serían suficientes. Sin embargo, podía hacer un trato con ella ya que entiendo un poco su sentido para los negocios. Y fue entonces que empecé a oír las pisadas de la dueña de los libros.



1. Este capítulo fue escrito antes del lanzamiento de Mountain of Faith, donde aparece Sanae, la otra sacerdotisa.

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